A la entrada de la bahía de Cienfuegos, vuelve a abrir sus puertas el
museo de la Fortaleza Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua, la joya
arquitectónica más antigua e importante de los fuertes que se erigieron
en la región central de la Isla. Un sitio que visito cada vez que estoy de recorrido por la comunidad del Castillo de Jagua.
“Fueron seis años de una reparación, que incluyó fundamentalmente
trabajos de carpintería”, explica Marisol Otero Álvarez, directora de la
institución declarada Monumento Nacional en 1978.
Entre las obras sobresale el puente levadizo ubicado a la entrada del
inmueble, único de su tipo actualmente en funcionamiento en el país.
Un nuevo estado museográfico encuentran los visitantes luego de la
recuperación de las ocho salas expositivas, donde muestran imágenes y
objetos acerca de las incursiones de piratas y corsarios, así como de la
presencia de proyectiles y piezas de artillería procedentes de España,
y los sistemas de fortificaciones.
Destaca la reparación del aljibe con capacidad para cien metros cúbicos
de agua, uno de los lugares que conforman el sistema hidráulico de este
fuerte proyectado por el ingeniero Joseph Tantete Dubruiller y fundado
en 1745.
En La Capilla, especialistas del Consejo Nacional de Patrimonio,
retocaron un fresco creado en la década de 1830. En este sitio aparecen
los nombres de los capellanes que oficiaron en el recinto hasta el año
1866.
La fortaleza cuenta ahora con un restaurante y una cafetería donde promoverán la cultura marinera de la zona.
Más allá de los muros de la Fortaleza
“Con la reapertura de este Museo, se revitaliza uno de los centros de
intercambio sociocultural más importantes en el Consejo Popular Castillo
de Jagua-CEN”, declara Otero Álvarez.
La directora del museo señala que tienen un vínculo estrecho con
escuelas de la comunidad del Castillo de Jagua y realizan diversas
acciones como concursos y conferencias para la promoción de las
tradiciones locales. “El trabajo con los círculos de interés sobre las
costumbres marineras y otras materias continuará su sistematicidad,
además de los encuentros con jóvenes, discapacitados y los abuelos”.
Sus trabajadores organizan anualmente en el mes de mayo, el Encuentro
Provincial de Patrimonio Intangible, donde participan todos los
museólogos cienfuegueros para exponer sus investigaciones relacionadas
con esa materia.
Para el 2015, planifican la celebración de un evento acerca de las fortificaciones de toda la región del Caribe.
Hasta este sitio de la geografía sureña llega también el proyecto
Sendas, de la Oficina del Conservador de la Ciudad de Cienfuegos (OCCC).
Diana Molina, especialista a cargo de esta iniciativa en la OCCC,
expresa que en la visita a la fortaleza los excursionistas conocen no
solo pasajes de la historia de este lugar, sin también acerca de la
leyenda de la Dama Azul.
La leyenda narra que un joven alférez no obedeció los consejos de sus
compañeros de armas y fue al encuentro de la Dama Azul, el fantasma o
sombra de mujer, alta, elegante, vestida de brocado azul y cubierta de
cabeza a pies por un velo del mismo color transparente que flotaba en el
aire para desaparecer súbitamente.
Según los habitantes del Castillo de
Jagua, la fantástica visión salía de la capilla de la fortaleza donde
había sido sepultada doña Leonor de Cárdenas, esposa del primer
comandante de la guarnición, Juan Cabeza de Vaca.
La guardia encontró al alférez tendido en el piso de una explanada, sin
conocimiento, con la espada partida en dos pedazos y envuelto en un
gran manto azul a la mañana siguiente.
De esta y otras tradiciones, costumbres y hechos vinculados a la
Historia de Cienfuegos y de Cuba, pueden conocer quienes recorren la
Fortaleza Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua, museo que recupera su
esplendor, luego de seis años de remodelación.
Está abierto al público de martes a sábado, entre las 9:00 a.m. y las 5:00 p.m., y los domingos, de 9:00 a.m. a 1:00 p.m.
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