Hoy está de cumpleaños Gerardo Hernández Nordelo, uno de los cinco cubanos condenados injustamente en Estados Unidos por defender a Cuba de acciones terroristas. Aún sigue recluido en la cárcel de Victoville, California. Está condenado a cadena perpetua.
En este día en que celebramos el cumple 49 de Gerardo, los dejo con este texto presentado a la Corte del Distrito Sur de la Florida.
Yo fui a Miami a poner fin a la violencia contra mi país
CORTE DEL DISTRITO DE LOS ESTADOS UNIDOS
DISTRITO SUR DE LA FLORIDA
CASO No. 10-21957-Civ-LENARD
Caso Penal No. 98-721-Cr- LENARD
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Gerardo Hernández, Promovente,
v.
Los Estados Unidos, Demandado
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Yo, Gerardo Hernández, declaro bajo pena de cometer perjurio, lo siguiente:
1. Yo soy el Promovente mencionado más arriba y hago este afidávit en
apoyo a la moción para proscribir, desechar o corregir el juicio y la
sentencia 28 U.S.C. 2255, presentada el 14 de junio de 2010.
2. En el juicio fui representado por Paul A. McKenna, abogado
designado por la Corte, quien ejerce en Miami, Florida. Yo no lo había
conocido previamente. No puedo recordar si el Sr. McKenna y yo tuvimos
alguna vez una conversación previa al juicio acerca del tema de la
separación.
3. Lo que sí recuerdo es que él nunca me explicó que podía ser
posible tener un juicio separado acerca del cargo III, en el que yo
tendría el derecho de testificar en mi propio nombre acerca del cargo de
conspiración para cometer asesinato, sin prejuicio para otros cargos, y
para mis codemandados. Si hubiera sabido esto, yo hubiera insistido en
ejercer mi derecho a testificar en mi defensa en el juicio por
conspiración para cometer asesinato, para demostrar qué erróneas eran
las interpretaciones que hizo la fiscalía acerca de sus evidencias, y
para proporcionarle al jurado el conocimiento de la verdad.
4. El Sr. McKenna tampoco me explicó que en un juicio separado yo
podría asegurar el testimonio de uno o más de mis codemandados sin ellos
tener que elegir entre incriminarse a si mismos, o negarse a ofrecer
una evidencia relevante en mi juicio por conspiración para cometer
asesinato.
5. Lo que nunca entendí, porque nunca me fue explicado hasta ahora,
es que, de acuerdo a la ley de los Estados Unidos, yo podía haber
solicitado un juicio separado acerca del cargo de conspiración para
cometer asesinato, con el fin de testificar y presentar evidencia
pertinente para ese cargo. No tuve experiencias previas en el sistema
judicial de los Estados Unidos, y no estaba consciente de que una
separación hubiera permitido una presentación así. Si yo lo hubiera
sabido, habría insistido en que mi abogado hiciera todo lo posible para
garantizar un juicio separado acerca de ese cargo. Si el cargo III fuera
juzgado por separado, yo habría testificado para establecer mi
inocencia.
6. Si yo hubiera sabido que podía haber tenido un juicio por separado
en el cargo III, yo habría testificado en mi juicio sobre ese cargo, en
esencia, como sigue:
A. Antes de los sucesos del 24 de febrero de 1996, y hasta el
presente, no sabía ni sé nada acerca de un presunto plan para derribar
una nave aérea de Hermanos al Rescate.
B. Ninguno de los actos que yo realicé antes del 24 de febrero de
1996 tenían la intención de ser parte de ningún presunto plan, ni
tampoco estaba yo consciente de que algunas de mis acciones
contribuirían a algún presunto plan, si es que este existía.
C. Como yo no sabía nada acerca de ningún presunto plan para derribar
ninguna nave aérea, menos aún intenté contribuir a, ni tenía algún
conocimiento de ningún presunto plan, que motivaría que una nave aérea
fuera derribada en el espacio aéreo internacional o en la jurisdicción
marítima y territorial de los Estados Unidos, como se presume en el
cargo III de la acusación.
D. Durante el tiempo que estuve de vacaciones en Cuba, desde
principios de noviembre de 1995 hasta mi regreso a Miami el 26 de enero
de 1996, no recibí información de ninguna fuente acerca de ningún
presunto plan para derribar naves aéreas, o de ningún intento de
amenazar, advertir o confrontarlas militarmente, pero sí supe mediante
las declaraciones públicas del gobierno cubano que no tolerarían nuevas
violaciones de la soberanía cubana por las naves aéreas de Hermanos al
Rescate, como las que tuvieron lugar del 9 al 13 de enero de 1996.
E. Yo testificaría que ninguna referencia o anotación, que yo podía
haber hecho en el reporte de presupuesto, de que yo haya recibido fondos
del “Cuartel General” o de “MX”, pudiera ser leída, como sugirió el
gobierno, que yo estuve alguna vez presente en una reunión en el centro
de mando.
F. Yo le habría explicado al jurado que, debido a que yo era un
agente encubierto, me estaba estrictamente prohibido ingresar en ningún
establecimiento vinculado a los servicios clandestinos, porque ello
podía revelar mi verdadero trabajo y poner en peligro mi misión. Esto
era cierto, incluso en Cuba, donde nosotros sabíamos que los Estados
Unidos tenía agentes de la contrainteligencia.
G. Yo habría testificado también que fui instruido de un plan llamado
“Operación Venecia”, el cual fue diseñado para “neutralizar las
acciones contrarrevolucionarias de Hermanos al Rescate”, desarrollado
por la Dirección de Inteligencia a principios de diciembre de 1995. Ver
el Apéndice B adjunto al Memorándum 2255. Su propósito era “llamar la
atención de la opinión pública nacional e internacional” hacia las
actividades de Hermanos al Rescate violando la soberanía de Cuba y las
leyes internacionales, mediante el regreso de Germán (Roque) a Cuba para
hacer una denuncia pública sobre Hermanos al Rescate.
H. Yo fui instruido de trabajar para garantizar su regreso “a fines de febrero o principios de marzo de 1996”.
I. Yo habría explicado que en ningún momento, ni durante mi estancia
en Cuba ni antes, ni después de la misma, hubo mención alguna de ningún
plan para derribar naves aéreas de Hermanos al Rescate en ningún lugar,
ni ninguna otra forma de comunicación que me permitiera creer o
sospechar de la existencia de semejante plan.
Nadie me expresó en ningún momento ninguna preocupación acerca de las
actividades de Hermanos al Rescate mientras estuvieron volando en el
espacio aéreo internacional. No obstante, sí hubo preocupación por las
declaraciones públicas de Hermanos al Rescate acerca de que intentarían
continuar realizando operaciones en el espacio aéreo cubano violando la
soberanía de Cuba.
J. Si yo hubiera tenido una oportunidad de testificar, yo le habría
explicado al jurado que durante los meses que pasé fuera de Miami, mi
trabajo fue realizado por otro agente, el A-4 (conocido por mí solo como
A-4 o Miguel. Yo no conozco su verdadero nombre.). Él se mudó a mi
apartamento en North Miami y yo le entregué mi disco de descodificación,
el cual estaba impreso con un programa que le permitía al usuario
descodificar los mensajes para y procedentes de Cuba.
Cada uno tenía su propia laptop. Yo me llevé la mía cuando regresé a
Cuba. Aunque estas laptops no podían enviar ni recibir mensajes, tenían
la capacidad de procesar una serie de números que habían sido recibidos
en frecuencia alta de radio, y convertirlas en un mensaje coherente,
pero solo mediante la ayuda de un disquete que contenía un programa de
descodificación. Había solamente un disquete en el apartamento y yo se
lo dejé a A-4 cuando me fui de vacaciones.
K. Cuando regresé a mi apartamento en North Miami, hacia fines de
enero de 1996, A-4 se quedó y continuó usando el disquete de
descodificación. Como comandante, él me superaba en rango, pues yo era
solo un teniente. Durante varios meses, hasta que se fue, él tuvo el
disquete y estuvo enviando y recibiendo mensajes. Los mensajes eran
enviados en un código que era común para ambos, pero solamente A-4 tenía
la capacidad para descodificar los mensajes mediante el disquete en
aquella etapa. Aunque yo tenía acceso al disquete, el mismo permanecía
principalmente en su posesión. No fue hasta principios
de marzo de 1996
que A-4 recibió la orden de devolverme el programa de descodificación.
L. Yo no recuerdo haber recibido nunca un mensaje referente a la
Operación Escorpión. Dada la oportunidad, yo habría testificado que yo
no escribí ni envié el mensaje del 12 de febrero de 1996, que fue
etiquetado como DG104 en el juicio y que fue dirigido a “Iselin”,
advirtiendo que ningún agente debía volar en las naves de Hermanos al
Rescate durante el fin de semana del 24 al 27 de febrero de 1996. Yo
nunca me referí a ese agente por ese nombre, ya que prefería usar su
otro nombre en código, “Castor”, como lo demuestran muchos otros
informes en la evidencia. (Durante el juicio el gobierno argumentó que
“Castor” era René González). Yo no sé porqué mi nombre fue agregado a
ese documento como firmante. Entre los cientos de informes que formaron
parte de los materiales documentales incautados, este, para lo mejor de
mi recuerdo, era el único supuestamente firmado por dos agentes.
M. Yo habría querido decirle al jurado que dado que yo conocía la
larga historia de provocaciones de Hermanos al Rescate, y cómo ellas
habían sido respondidas hasta la fecha, cualquier confrontación
deliberada fuera del espacio aéreo territorial de Cuba era simplemente
algo que yo no podía haber imaginado, en parte porque yo conocía los
esfuerzos que las autoridades cubanas ejercieron para evitar alguna
acción que pudiera provocar una respuesta militar de los Estados Unidos y
sus terribles consecuencias. La idea de que Cuba elaboraría un plan
para confrontar los aviones en aguas internacionales fue para mí – y
todavía lo es – absurda e irracional.
N. Yo habría explicado que no existía una base racional para creer
que ni Roque ni Castor tenían la posibilidad de volar con Hermanos al
Rescate ese fin de semana. Roque no podía haber volado con Hermanos al
Rescate ese fin de semana porque él habría estado ya en camino de
regreso a Cuba en ese tiempo, mientras que Castor no había volado con
Hermanos al Rescate en más de un año, y ya no estaba relacionado como
piloto de Hermanos al Rescate.
O. En cualquier caso yo le habría informado al jurado sobre hechos
que habrían contradicho el argumento de la fiscalía de que de alguna
manera yo avisé a La Habana de que ninguno estaría volando y que esta
acción permitió que tuviera lugar el derribo del avión. En un juicio
separado sobre el cargo III, yo habría testificado que nunca había
escrito o comunicado en forma alguna que Roque y Castor no estarían
volando ese fin de semana, o que ellos habían sido advertidos de no
hacerlo.
P. La operación Venecia fue un esfuerzo importante de la Dirección de
Inteligencia para denunciar a la organización Hermanos al Rescate,
tanto local como internacionalmente, por sus violaciones ilegales de la
soberanía de Cuba, con la intención de detener sus continuas violaciones
del espacio aéreo cubano. Si yo hubiera tenido la posibilidad de
testificar, yo habría explicado que este proyecto implicaba mucho más
que el simple regreso de un agente (Roque) a Cuba, como se describió en
el juicio.
Mi designación para trabajar sacándolo a él de Miami, fue complicada.
Roque era un piloto cubano de aviones MIG que desertó de Cuba para los
Estados Unidos. Él de inmediato fue aclamado como un héroe en Miami. Un
libro que escribió acerca de sus hazañas fue publicado por la Fundación
Nacional Cubano-americana y distribuido ampliamente. Él fue asediado por
los grupos y organizaciones de la comunidad de Miami como orador.
Por lo tanto él era una figura pública. También era un hombre casado
cuya desaparición sería notada de inmediato. Y lo que es más, nosotros
sospechábamos que él ya podía estar bajo la supervisión de la
contrainteligencia. Trabajar con él, reunirnos y hacer los arreglos para
su regreso a Cuba, me exponía a mí y a los otros a ser detectados.
Sacarlo a él de Miami y retornarlo a Cuba demandó un gran esfuerzo, que
exigió de mí concentrar mi atención y mis recursos al máximo para
garantizar su partida y viaje exitosos a través de un tercer país.
También recibí órdenes peligrosas de último minuto, como la de grabarlo
en video saliendo de las oficinas de la FNCA en Miami.
Q. El regreso de Roque a Cuba y la conferencia de prensa alcanzaron
resultados importantes. Él hizo públicos los nombres y números de
teléfono de los agentes del FBI con quienes se había encontrado, así
como fotografías y otros materiales que demostraban que él estuvo
profundamente involucrado en las organizaciones cívicas y en la
comunidad de Miami. Pero lo más importante fueron sus revelaciones
referentes a la naturaleza criminal de Hermanos al Rescate y sus planes
de llevar a cabo actividades terroristas contra el pueblo cubano. Estas
revelaciones fueron, desde luego, eclipsadas por los trágicos hechos del
24 de febrero.
AA. Los mensajes de alta frecuencia interceptados, presentados en el
juicio, revelaron que yo fui reconocido y recibí una mención especial
del cuartel general por mi labor en la operación Venecia, una operación
que fue considerada exitosa, y recibió una atención especial del
Comandante en Jefe, quien se reunió dos veces con Roque. En ningún
momento me fue otorgada tal mención por la operación Escorpión.
BB. En el juicio, el gobierno impugnó mi respuesta a la recomendación
que recibí, cuando referí a nuestro trabajo de haber “terminado
exitosamente”, lo cual fue interpretado como que yo estaba escribiendo
acerca del derribo de los aviones y no de la Operación Venecia. Nada
puede estar más lejos de la verdad. Como ya mencioné, está muy claro a
partir de la redacción y el contexto específicos, que yo estaba siendo
reconocido por mi trabajo en la operación Venecia.
CC. Yo también quería testificar para corregir la interpretación
errónea del lenguaje en esa mención que habla de mi trabajo enfrentando
“las provocaciones que llevó a cabo el gobierno de los Estados Unidos el
último 24 de febrero”, como si fuera una referencia al presunto plan
para derribar los aviones de Hermanos al Rescate. En realidad se refería
a mi esfuerzo en el periodo posterior al derribo de los aviones para
determinar en ese día, y durante unos pocos días después, si el clamor
público en Miami para un posible ataque contra Cuba, así como
declaraciones públicas provocativas de algunos dentro del gobierno de
los Estados Unidos, que diera señales de amenaza real contra mi país.
DD. Inmediatamente después de los sucesos del 24 de febrero, yo
trabajé durante varios días, prácticamente sin dormir, recopilando
información, monitoreando la TV, escuchando la radio y leyendo muchos
periódicos. Afortunadamente, los Estados Unidos no respondió
militarmente, pero yo fui reconocido por haber ayudado a determinar si
se estaba desarrollando una situación potencialmente peligrosa.
EE. Finalmente, el gobierno distorsionó las razones para mi promoción
a capitán el 6 de junio de 1996, argumentando que mi presunto trabajo
en el derribo de los aviones me había valido la promoción. Si yo hubiera
podido testificar, yo pudiera haber explicado que de hecho, en ese
tiempo, yo ya había estado en el grado de teniente por cuatro años, y
fui promovido en la fecha del aniversario de la fundación del Ministerio
del Interior, junto con otros tenientes que habían servido por cuatro
años sin tener fallas, incluyendo a Nilo Hernández, un coacusado que no
tuvo nada que ver con Escorpión, pero también había servido por cuatro
años. En Cuba ese es el periodo de servicio que lo habilita a uno para
ser promovido y yo recibí mi promoción solo sobre esa base.
Yo reconozco que testificar en el juicio significaría también
someterme a un contra-interrogatorio. Dada mi inocencia de los cargos
del cargo III, yo habría estado completamente dispuesto a hacerlo en un
juicio separado sobre estas acusaciones.
Yo llegué a Florida para prestar un servicio a mi país, desarmado,
para contribuir a ponerle fin a la violencia contra mi pueblo y, por lo
tanto, para salvar vidas. Que yo sería acusado de conspirar para cometer
asesinato fue la cosa más ajena a mi pensamiento y mi realidad.
Tengo
la esperanza de que este documento ayude a la Corte en sus esfuerzos por
encontrar la verdad y restablecer la justicia.
Gerardo Hernández
Juró y firmó ante mí,
el día 16 de marzo de 2011
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