"Mandela
se fue como vivió: luchando. Su última batalla la libró contra su
cuerpo castigado del tiempo pasado, de los años, de las cicatrices. Se
ha marchado alguien que parecía inmortal o que debía serlo. Ahora el
mundo se queda huérfano de espejos en los que mirarse. Se quebró el
espejo, se quebró Nelson Rolihlahla Mandela. Se quebró el árbol, que es
lo que significa su nombre en su lengua: el hombre que tira de la rama
de un árbol". (Javier Brandoli, diario El Mundo, de España)